El presidente Luis Arce dejará la economía del país prácticamente en las ruinas. El que se mostró como el artífice del modelo económico exitoso durante el gobierno de Evo Morales, hoy enfrenta una de las peores crisis de los últimos tiempos.
Vivió del Estado 36 años, siendo funcionario: 18 años en el Banco Central de Bolivia, 13 como ministro de Economía y Finanzas, y cinco como jefe de Estado.
Durante su gestión de ministro, a partir de 2014, la economía se fue desmoronando. Es el “desastre”, dice el economista e investigador de Fundación Jubileo, René Martínez.
Ingresó al Banco Central de Bolivia en 1987, durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, un neoliberal a quien desdeñó por sus políticas. En esa entidad ocupó diferentes cargos por 18 años. No tardó nada en pasar de jefe de un departamento en el ente emisor a dirigir la economía y finanzas del Estado.
Fue uno de los ministros que más tiempo se quedó en el gabinete de Morales: 13 años, periodo en el que manejó los recursos estatales. “Un burócrata que no supo administrar el Estado”, dice el diputado Ingvar Ellefsen.
Luis Arce Catacora heredó un periodo de bonanza que dejaron los neoliberales, pero que el MAS no reconoció y se atribuyó el crédito de la época de las vacas gordas, que duró nueve años. Con la deuda externa condonada, producto de las gestiones de la sociedad civil, la Iglesia católica y las ONG; con ductos construidos para la exportación de gas, contratos petroleros listos y una mayoría política que le permitió el manejo discrecional de los recursos.
En 2019, durante la crisis política, Arce Catacora, como otros, fue asilado en la Embajada de México. Por su salud, y con un antecedente de cáncer, el gobierno de Jeanine Áñez le otorgó salvoconducto a él y a su familia. Con Evo Morales asilado en Argentina y unas elecciones en 2020, Arce se convirtió en el delfín del líder del MAS, y con ese impulso político, su victoria fue con el 55 %. Cinco años en los que aniquiló al MAS, arrinconó al líder histórico en el Chapare y llevó la economía a “terapia intensiva”.
Martínez y el economista Gonzalo Chávez coinciden en que el país está en una “crisis estructural”, que se origina en la falta de dólares, la madre de todos los males para los bolivianos.
Cuando en 2014 las importaciones no pasaban de 1.000 millones de dólares, en 2023 subieron a 3.000 millones de dólares. Pero los gobiernos del MAS, desde esa gestión, no solo gastaron esas reservas del BCB, sino que el ente emisor recurrió a la banca privada para pedirle los 3.000 millones de dólares que eran los ahorros en dólares de los clientes.
Pero la situación es todavía más compleja: el déficit está por el 10 % del PIB. Esto significa que el Gobierno gasta más de lo que tiene. En total, son 12 años que estamos en déficit fiscal, que ya es “profundo”, añade Martínez.
El otro frente abierto que deja el gobierno de Arce es la deuda externa e interna. El investigador de Jubileo sostiene que el Gobierno echó mano de las reservas de oro al realizar una venta adelantada sin autorización de la Asamblea Legislativa. “Estamos al borde del ‘default”, precisa, es decir, que el país no tendrá capacidad de responder a las deudas. El gran problema es el modelo económico del MAS, que fracasó.
La situación es tan crítica que no se revertirá ni en el corto ni en el mediano plazo. Lamentó que los gobiernos de Morales y Arce no hayan asumido las medidas de ajuste a tiempo.
Pese a este oscuro escenario, el presidente Luis Arce llamó a las organizaciones a prepararse para salir a las calles frente a los difíciles momentos que se vienen, creados precisamente por su gobierno. El diputado Ellefsen reaccionó a este llamado y cuestionó que el burócrata llame a movilizaciones contra el futuro gobierno, cuando es el principal causante de la crisis.
/// NVG // LA PAZ ///
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