Santa Cruz se mantiene como el motor económico de Bolivia, y no solo por percepción, sino por cifras concretas. Desde 2011, el departamento ostenta el Producto Interno Bruto (PIB) más alto del país, con una tasa de crecimiento del 5 % anual, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, representa más del 33 % del potencial económico nacional y es el departamento con mayor población: más de 3,1 millones de habitantes.
El crecimiento económico cruceño se sustenta en su fuerza agroproductiva e industrial. Desde este departamento se genera más del 77 % de los alimentos que consume Bolivia, y también ocupa los primeros puestos de las exportaciones. Los productores aseguran que, si no se pusieran trabas desde el Estado, el crecimiento sería aún mayor. A esto se suma el impulso de la minería, con la reciente reactivación del mutún. Además, también se destaca por su atractivo turístico, su clima cálido, la infraestructura hotelera y su vida universitaria, con más de 17 universidades y 32 institutos superiores.
A lo largo de los años, también fue determinante en procesos políticos que marcaron la historia reciente del país, como la elección de alcaldes y gobernadores, la distribución del 11 % de regalías petroleras, el impulso autonómico y la propuesta de avanzar hacia el federalismo.
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