La Cámara Nacional de Industria cierra el 2024 con un crecimiento entre el 0% y el 1%, un panorama económico difícil que ha sido marcado por varios factores que han afectado a la actividad industrial en el país. En una entrevista para Radio Fides, el presidente de la Cámara, Pablo Camacho, detalló que la industria boliviana está atravesando un momento complejo, con una recesión que comenzó en 2022 y que, según las proyecciones, continuará en el futuro cercano.
“Para la industria el año 2024 cierra con una recesión, desde el año 2022 se ha ido contrayendo la actividad industrial, el crecimiento económico de este año es del 0 y 1%”, precisó Camacho.
Camacho identificó cuatro factores clave que han dificultado el desarrollo de la industria boliviana este año. El primero es la escasez de dólares, un problema que ha restringido el acceso a divisas extranjeras necesarias para las operaciones comerciales. El segundo factor es la falta de diésel, que ha encarecido los costos operativos y afectado la logística del sector. A estos se suman los bloqueos sociales, que han paralizado actividades en diferentes regiones del país, y las tomas y avasallamientos, tanto en tierras agrícolas como en propiedades mineras, lo que genera incertidumbre en la inversión.
El presidente de la Cámara Nacional de Industria reconoció que las expectativas de crecimiento para 2024 eran mucho más altas, con una proyección inicial superior al 3%. Sin embargo, el panorama actual refleja una desaceleración significativa. Camacho señaló que la industria boliviana ha venido decreciendo desde un 3-4% en 2022.
Uno de los puntos clave que Camacho destacó para el futuro (2025) la importancia de lograr un diálogo constructivo entre el gobierno y el sector privado, la reglamentación de la Ley 830, que regula la función de las entidades relacionadas con la producción industrial, y la urgente aprobación de una ley de inversiones que facilite la llegada de capital extranjero al país.
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