El Surtidor de Servicio Okariquna, uno de los más populares de la ciudad, lleva semanas con filas extensas de vehículos, especialmente de transporte pesado y maquinaria institucional del municipio y la universidad. Ante la alta demanda de combustible, los carburantes se agotan en un abrir y cerrar de ojos.
Wilber Torrico, responsable de la estación de servicio, menciona que el diésel, que llega en aproximadamente 15 mil litros, dura entre 4 y 5 horas y no alcanza para todos los vehículos en fila. En cambio, la gasolina, con la misma dotación, puede durar hasta 10 horas.
Dado que es una de las estaciones más solicitadas, se prioriza el llenado para instituciones públicas como el municipio con su maquinaria pesada, la empresa de recolección de basura y la universidad con sus góndolas. Esto genera conflictos y reclamos por parte de quienes no pertenecen a estas instituciones y esperan en la fila normal.
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