A medida que se acerca el final de la gestión 2025, la minería boliviana tuvo un año positivo gracias a las altas cotizaciones internacionales de los minerales, especialmente el oro y el estaño. Sin embargo, a pesar de los precios favorables, la Empresa Minera Huanuni, la Empresa Minera Colquiri y la Empresa Metalúrgica Vinto, tres de las más importantes del sector minero estatal, terminan el año con dificultades económicas y sin poder aprovechar completamente las oportunidades que ofrecen los altos precios extranjeros.
Estas empresas recibieron apoyo estatal durante las últimas dos décadas, pero, según expertos, la falta de planificación adecuada y decisiones erróneas en su gestión impidieron que logren todo su potencial. En el caso de Huanuni, por ejemplo, un gran error fue la construcción de un nuevo ingenio cuya capacidad resultó ser innecesaria, lo que no permitió una optimización de los recursos. A pesar de los esfuerzos, esta empresa minera, con una historia que se remonta a 1745, sigue lejos de ser un referente en la minería estatal.
Por otro lado, la Empresa Minera Colquiri, que fue nacionalizada en 2012, también enfrenta problemas similares. Aunque en 2024 se inauguró una nueva Planta Concentradora de Zinc y Estaño con grandes expectativas, esta planta aún no opera. Además, la coexistencia con cooperativas mineras en el mismo yacimiento generó conflictos, como la disputa por la «veta Rosario», lo que complica aún más la situación financiera de la empresa.
Finalmente, Vinto. Creada en 1966 durante la gestión del presidente Alfredo Ovando Candia, comenzó a operar en 1971 bajo el nombre de ENAF. Fue privatizada en los años 90 y luego nacionalizada en 2007. Desde su re-nacionalización, enfrentó numerosos problemas, destacando las millonarias deudas que la aquejan. Además, al igual que otras empresas estatales como Huanuni y Colquiri, sufrió las consecuencias de proyectos mal planificados, como el Horno Ausmelt, que nunca funcionó a su plena capacidad.
/// JSM // ORURO ///


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