Al igual que en 2024, los departamentos del Beni y Santa Cruz son nuevamente los puntos de atención de incendios forestales. Sin embargo, en esta gestión, por la planificación anticipada y acciones de prevención, solo se reporta un 1% de quema de bosque en comparación con el año pasado. A diferencia de septiembre de 2024, este año no se detecta la intensa humareda en la ciudad de Santa Cruz.
Los incendios suelen iniciarse entre junio y octubre, debido a las altas temperaturas y condiciones climáticas adversas en la Chiquitania. Las declaratorias de emergencia departamental y de desastre municipal están ayudando a contener los focos de calor. A pesar de ello, autoridades y expertos ambientales advierten que las llamadas “leyes incendiarias”, normas que permiten desmontes, quemas y cambios de uso de suelo, incentivan prácticas que terminan en grandes incendios. Estas medidas, dicen, favorecen la ampliación de la frontera agrícola y normalizan los chaqueos ilegales.
Productores cruceños niegan que el modelo agroindustrial dañe el ecosistema y responsabilizan al gobierno por los avasallamientos de tierras, los cuales, según denuncian, generan los chaqueos que luego se convierten en incendios. Mientras tanto, organizaciones ambientalistas y universidades promueven alternativas sostenibles, como el cultivo sin quema, que aprovecha la maleza cortada como abono natural.
/// ED // SANTA CRUZ ///
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