El analista Fernando Rodríguez ha abordado la reversión de oleoductos para la importación de combustible. En sus declaraciones a radio Fides, Rodríguez enfatizó que, aunque la idea de revertir ductos puede parecer una respuesta rápida, la realidad técnica es mucho más complicada. Destacó la necesidad de enfocarse en la producción como la solución principal a la escasez de hidrocarburos.
“Lo más importante es solucionar la escasez vía producción y confianza en el sector para atraer inversiones. De lo contrario, solo se estarán implementando parches”, afirmó.
Con respecto a la reciente gestión de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para importar crudo a través del oleoducto Arica-Charaña, Rodríguez subrayó que esta iniciativa enfrenta desafíos significativos. “La reversión puede ser viable, pero la logística de transporte y la velocidad de entrega son cruciales”.
Al discutir la reversión del oleoducto Arica-Charaña (La Paz) para importar crudo por esta vía a partir del próximo año, Rodríguez explicó que el proceso no es simplemente cambiar el sentido del flujo. “La capacidad de transporte es drásticamente diferente, aclaró. La necesidad de hidrocarburos y la falta de fondos para su compra complican aún más la situación.
“No podemos revertir un ducto si no sabemos de dónde vamos a traer el producto”, advirtió. Además, Rodríguez destacó que no todos los departamentos del país cuentan con ductos adecuados para esta reversión, limitando la efectividad de esta estrategia.
Un producto que llega por ducto puede tardar 15 días en llegar a su destino, mientras que por cisterna puede hacerlo en 18 horas”, explicó. Rodríguez también propuso optimizar la logística de importación, sugiriendo una reducción de la burocracia en el proceso. “Los mecanismos de control deben ser más eficientes para evitar el robo de combustible y mejorar la distribución”, agregó.
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